Selva cívica

Acción que consistía en ofrecer a las personas, en un espacio público, ponerse máscaras de animales, para que las portaran temporalmente mientras habitaban el espacio y hacían un recorrido. La idea surgió a partir de una reflexión sobre cómo el espacio público, antes que ser un campo neutral de celebración del encuentro y la diferencia, es un lugar de contradicciones y conflicto inminente, un escenario de territorialidad. Sin embargo, existe una noción abstracta e idealizada de espacio público que, desde una comprensión de la sociabilidad urbana como civilidad, oculta las profundas hostilidades, exclusiones e incompatibilidades insoslayables que constituyen la realidad salvaje del ámbito público, disimulando la animalidad con el mito de la convivencia.

 

El contexto del performance fue el centro de la ciudad de Medellín, donde hay una gran cantidad de empleos informales (vendedores ambulantes, prostitución, venta de drogas, etc.) que se disputan el territorio.  Además de las fricciones de clase, raza, género y nacionalidad, operan grupos armados ilegales que mantienen el orden y control social a través de la violencia, como la banda denominada “Las convivir”, cuyo nombre paradójicamente significa coexistencia pacífica. Durante la preparación de la acción, surgieron tensiones entre algunos de los participantes, relacionadas con este tipo de conflictos.